Movimiento es vida.

Realmente nuestro movimiento como todo movimiento se demuestra cuando está en actividad, ahí se lo ve vivo, creciendo, compartiendo, llegando.  En estos primeros meses del año vemos con alegría las actividades que han comenzado en los diferentes grupos de tantos lugares.  También nos llegan noticias de sus encuentros regionales o diocesanos, de la renovación de los equipos dirigentes y de los proyectos que están trabajando.  Todo eso es vida.

Este año también habrá encuentros importantes con mayor convocatoria, en octubre a nivel de nuestro país y en noviembre el Encuentro Internacional, esta vez en República Dominicana.  En los dos casos habrá renovación de coordinadores, y eso también es vida.

El Papa Francisco continúa aportando novedades a nuestro caminar de Iglesia, los mayores adultos nos sentimos especialmente identificados con su reciente exhortación "Alégrense y regocíjense", por el llamado a ser santos con nuestras ocupaciones diarias y en nuestras circunstancias habituales. Todos nos sentimos rodeados de santos conocidos, cercanos, "de la puerta de al lado", y sabemos que podemos ser buenos para los demás, hacer mucho bien a todos a nuestro alrededor.

Nuestro movimiento se mueve, tiene vida, y ese movimiento es camino y ocasión de ser santos.

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