Buena ocasión para recordar el lugar que las personas
mayores merecen ocupar en nuestra sociedad, como en cada familia y también
naturalmente en la Iglesia. Ese rol de abuelos y abuelas que hacen de las
familias un puente intergeneracional,
donde todo lo vivido y experimentado puede rescatarse y servir para la
vida que continúa.
Un pueblo que integra a sus mayores, los sigue teniendo en
cuenta, los consulta y sabe agradecerles, es un pueblo rico. Ese pueblo va a encontrar en las generaciones
más jóvenes el complemento necesario, la actualización y las nuevas
comunicaciones. Un pueblo que cuida lo construido en el pasado y se esfuerza
por hacerlo mejor aún.
En este lugar de las personas mayores, los que pueden gozar
de la riqueza de los años, Vida Ascendente suma su trabajo de cada grupo de
mayores donde se reúnen, y aporta una espiritualidad que es propia de los que
han trabajado toda la vida, los que construyeron su familia y aportaron a su
pueblo.
El movimiento Vida Ascendente les permite encontrar un
ámbito de amistad y espiritualidad, el lugar del abuelo y la abuela en la
familia. Cada comunidad de Iglesia que
cuida a sus mayores encuentra un lugar privilegiado para ellos, porque son los
que por años lo hicieron todo, y ahora felizmente son reemplazados por los más
jóvenes.
El movimiento de Vida Ascendente recibe a los que van
llegando a esa edad madura, los que comienzan a ser llamados “abuelos,
abuelas”, los que la sociedad civil va jubilando de algún trabajo, pero no de
la vida. Llenos de vitalidad y con
muchas cosas aún por hacer, los mayores no se retiran ni excluyen, buscan
nuevas actividades.
Vida Ascendente suma en sus grupos “lo nuevo y lo antiguo”
del que habla el Evangelio, conoce los carismas propios de los mayores, y como
Iglesia, los pone al servicio de la evangelización, no con palabras sino con el
testimonio de sus vidas.
Feliz día de las Personas Mayores.
Feliz día de Vida Ascendente en todo el mundo.